Las ideas se arman y desarman entre un respiro y otro, así como llegan también se van. Pasamos por periodos creativos o de transmisión y otros en los que no surge una sola idea.
Para lograr llevar a cabo esas ideas tenemos que situarnos en lo alcanzable, estableciendo reglas que den sentido al trabajo en equipo, y definiendo claramente cual será nuestro objetivo y nuestras metas.
En ese camino que vamos recorriendo nos encontramos con posibilidades, alternativas y dificultades que pueden modificar nuestras actividades.
Así, en la formulación de proyectos, deberemos definir claramente cuál será nuestro objetivo y cuáles las estrategias que utilizaremos para lograrlo, estableciendo ordenadamente las actividades necesarias para ello, con qué personas trabajaremos, cuáles serán nuestras tareas/roles, cuándo realizaré mi trabajo, quiénes formarán los equipos, dónde solicitaremos fondos o auspicios, quiénes serán las personas que participarán en él o en qué lugar se llevará a cabo, y así sucesivamente.
Poner en movimiento nuestras intenciones haciéndolas parte de un colectivo, puede fortalecer más aún nuestros objetivos, siempre y cuando existan metas alcanzables, donde podamos retroalimentarnos o evaluar lo que hacemos, innovando y buscando nuevos horizontes futuros, donde enfrentamos la realidad haciéndola propia e intentando modificar aquello que no nos hace felices, despertando las conciencias y movilizando las voluntades.
Los esfuerzos conjuntos posibilitan también un mejor acceso a los recursos, siempre escasos, en vista de las fuentes de financiamiento existentes hoy en día. Es así, como podemos observar que el dinamismo en materia de financiamiento colectivo toma fuerza en la medida que nos hacemos parte de un proceso y no sólo de acciones transitorias, que no generan frutos de los cuales podamos obtener más semillas para seguir sembrando.
Dar forma a nuestros proyectos implica algunos pasos necesarios para comenzar. Por ello, mediante este documento traspasaremos una serie de instrumentos y actividades facilitadoras de los procesos, manifestaciones y gestión cultural de nuestras acciones, que nos pueden ayudar en el ordenamiento del trabajo y presentación de nuestras propuestas.